Ensayo sobre la (mi) gestación

El embarazo es un proceso de desarrollo sexual. Así como lo es la adolescencia, la menarquía, y así como lo es la perimenopausia y menopausia. Son procesos sexuales de desarrollo.

Y la gestación -a.k.a. “el embarazo”- como todos estos procesos sexuales de desarrollo, no es un cuento de hadas. Para algunxs de nosotrxs -ojalá fuera para todxs-, gestar un ser humano es algo que podemos decidir.El deseo de hacerlo no es algo que se pueda dar por sentado, y aún así, aún con las pocas y muchas experiencias de gestación que hayamos escuchado o acompañado, en un nivel, no tenemos idea qué estamos eligiendo ni qué atravesaremos. 

Desde mi lugar de persona con 22 semanas de gestación, escribo. Pienso que así como la menstruación está demonizada e invisibilizada, el embarazo está muy romantizado. Gestar es un proceso de desarrollo sexual, y, vuelvo a decir, como todos los demás procesos de desarrollo sexual, no son color de rosa.

¿Qué significa “proceso de desarrollo sexual”? Que así como en la adolescencia, el cuerpo te cambia. Pero no sólo eso. En aproximadamente 40 semanas atraviesas cambios monumentales a nivel físico, hormonal, psíquico, vincular, comunitario, familiar, etc. Tus hormonas cambian FUERTE y no una sola vez, sino varias a lo largo de estas 40 semanas aproximadas. El cerebro funciona diferente. No lo digo yo solamente, que lo vengo notando mucho, sino que hay estudios científicos y toda la perorata. 

Voy a hablar por mí, y a quien le quepa el poncho que se lo ponga. A veces, muchas veces, no me reconozco en mis sentimientos, ni en mis pensamientos. La identidad me muta. Muchos estados de alerta se ponen intensos, algo mamífero del cuidado quiere tomar el mando. Dan ganas de gruñirle a todo lo que se asimile a un posible riesgo, o siquiera moleste. Y, al mismo tiempo, vivo una sensación de vulnerabilidad extrema, con muchas necesidades de cuidados, mimos y descanso, mucho descanso. Los apetitos, todos, mutan, se exacerban, luego se apagan, y de repente vuelven a despertar, generando un oleaje de cosas que parecen urgentes. Los ácidos estomacales se vuelven volcanes… Para algunxs, solo el 1er trimestre del embarazo. Para otrxs, como yo, se instalan y se extienden mucho más. Ensayo aparte para ese temita (quienes me siguen por redes sociales están bastante al tanto de la vulcanización que vivo y sus mareas).  

De a poco, o de repente, voy cayendo en la cuenta de que un ser humano, una persona, se gesta dentro mío, y eso me está transformando trascendentalmente y a niveles literales. El mundo se siente aún más årido que cuando elegí aventurarme a darle el lugar al deseo de gestar y traer al mundo a una persona.

Todo lo que voy escribiendo parece una secuencia, pero no lo es, sucede al mismo tiempo, todo junto, sin escala.

Gestar es un proceso de desarrollo sexual express. No sé si hay algún otro que se despliegue en tan pocos meses. Adolecer lleva varios años, el cuerpo cambia progresivamente, aunque se viva también como una transformación rápida. La perimenopausia lleva unos 10 años de proceso también (por más que esté super invisibilizada, negada, y esta información casi no se sepa, es un proceso lento de cambio hormonal el que sucede hasta que dejamos de menstruar del todo). 

En relación a estos procesos, la gestación parece un proceso de desarrollo sexual express. Tremendo, alucinante, emotivo… y muy romantizado. ¿Quién se puede ser sino lo que nos vendieron: la mamá color de rosa feliz por su panza y su hijx? Gestar y ser madre es mucho más enorme, vital y tremendo que el arquetipo romántico y suave que acabo de nombrar. Y también, parece que fuera pecado nombrar sus partes salvajes y sus padecimientos.

A veces me pregunto por qué nadie me avisó de esa parte, o aunque que me hubieran avisado que algunas personas vomitan todo el embarazo. Con los gajes de novelera que tengo, me habría preparado emocional y mentalmente para tal escenario. Sí, me gusta ser previsora y me ayuda a atravesar mejor las cosas. 

También me hubiera gustado una guía más específica en relación a los cambios que pasan tan rápido por el cuerpo. Así como a algunas personas no les duele menstruar y a otras sí, me hubiera gustado saber más de antemano de algunos detalles. Y a su vez, me sorprende habermelos perdido, siendo que me considero una persona informada y con recursos, que se formó bastante en la fisiología del útero y la gestación. 

Me pregunto si habrá sido mi propia idea romantizada del embarazo… ¿A quién no le gusta soñar con un espacio idílico de fusión, amor, suavidad y mimos? A mí sí, me hace mucha falta esa paz. Pero, mismo, me pregunto qué les pasará a otras personas que no tuvieron acceso a mucha información que yo sí, y aún así sentipienso estas cosas, estas necesidades. Son inquietudes que me dan. 

Otras cosas que pienso: sería hermoso haber sabido algo más sobre cómo el cambiar drásticamente de rol (de repente sos madre/xadre porque ya está en tu útero sucediendo) y la constelación familiar (la de sangre y la elegida) se afecta. Aprendí, con bastante dolor, que acompañar o estar cerca de una persona gestante no es posible para todas las personas, por más cerca nuestro que estuvieran hasta el momento del embarazo. Hay personas que se acercan más, te ayudan y son un rebozo para el alma, otras que se alejan (sea por shock o porque no les podés dar tanto como antes), y otras -ojalá que no te pase esto, si estás queriendo gestar- que se trastornan y te agreden, a veces directamente, a veces indirectamente. 

Hay mucha maternofobia en el mundo, hay que saberlo. Las mujeres mismas no están exentas de esto, más bien diría que muchas lo encarnan más jodidamente aún. Muchas transferencias inconscientes se ponen de manifiesto en este momento, y una con su gestación queda ahí de pivote de todo eso. Pero esto no necesariamente habla de quienes estamos gestando, eso cada unx lo tendrá que analizar en su terapia. Pero lo que sí puedo afirmar es que hay sistemas más o menos listos para acompañar desde el amor y la presencia a una persona gestante, ya que tanto estar gestando como la nueva persona que viene llegando, nos transformará a todxs lxs que estemos involucradxs. 

Otra reflexión que me viene, tiene que ver con esto último, pensado desde lo arquetípico. La identidad de alguien que se autopercibe mujer, y el pasaje de ser vista como mujer-sexual-deseante-laburante-productiva-abierta a la comunidad, hacia el arquetipo de mujer-madre deseante-con su deseo en su mundo interno que es su cría y su familia nuclear, y la consecuente no-disponibilidad (durante un buen tiempo) a las demandas del mundo comunitario y productivo, es un cambio sistémico muy enorme. Pasar de dadora productiva a necesitadora gestante; pasar de disponible hacia fuera, a disponible hacia dentro, y la retirada energética de la comunidad que eso implica en la gestación y en el puerperio.

Me sigo valiendo de analogías para este escrito, usando los procesos sexuales de la vida de quienes gestamos o tenemos la capacidad de hacerlo, porque me parece que así se nos hace más entendible y referenciable, y me hubiera gustado que me lo cuenten así a mí. Entonces, digo que así como cuando menstruamos necesitamos de otro ritmo y el cuerpo pide otras cosas, gestar es similar, pero durante aproximadamente 40 semanas, y mucho más complejo (por si todo lo que escribí ya no alcanza para hacer hincapié en el asunto, lo aclaro). 

Llegadas estas 22 semanas, ando surfeando estos mundos tomando decisiones drásticas en relación a cómo uso y comparto mi energía, y aprendiendo a los ponchazos -diría mi abuela-, pero no poco orgullosa de mí misma, porque hay que pasar las cosas que vengo pasando y estar medianamente íntegra, más allá de que gestar te parte al medio y te transforma: el mundo también te parte al medio pero de formas menos elegidas y menos poéticas que el ser que se mueve en mi útero con sus patitas del amor, mientras escribo esto de cara al sol. 

…Continuará!