La investigación realizada por el Dr. Willian Walsh y sus cursos sobre terapia nutricional para el tratamiento de cuadros psiquiátricos cambiaron mi forma de ejercer la profesión. Ahora, al comienzo del tratamiento, realizo con cada paciente una serie de estudios de laboratorio. Estos estudios me permiten identificar desequilibrios bioquímicos comúnmente asociados a ciertas condiciones psiquiátricas que pueden ser tratados con un protocolo de nutrientes. De esta manera, muchos pacientes pueden evitar la medicación psiquiátrica, reducir la dosis de la medicación o sustituirla por una combinación de suplementos nutricionales.
Aclarado este punto, me parece importante enfatizar que no creo que se puedan tratar condiciones psiquiátricas sólo con terapia nutricional. En mi opinión, es un error grave simplemente sustituir la farmacología con terapia nutricional. Es necesario un enfoque holístico, que integre una dieta apropiada con el análisis del estilo de vida del paciente para lograr su cura (cómo descansa, capacidad de relajación, rutinas de ejercicio físico, exposición al sol, cuestiones del corazón, manejo de energía, vida espiritual y su relación con lo sagrado).
En este artículo voy a enfocarme en la toxicidad del cobre, cuadro que me encuentro a menudo en pacientes que llegan muy estresados a la consulta. Cada vez es más común encontrarse con cuadros de exceso de cobre en el organismo debido al uso cada vez mayor de anticonceptivos que contienen estrógenos, a la constante exposición a xeno-estrógenos (componentes químicos que mimifican el estrógeno que se encuentran en plásticos y petroquímicos), a la cría de animales alimentados con hormonas, a los fungicidas a base de cobre y a la extendida deficiencia de zinc derivada de la mala absorción de los intestinos. (La relación entre cobre, zinc y estrógenos será explicada más abajo).
Esta es una lista de los síntomas y las características asociadas al exceso de cobre en el organismo:
Hiperactividad, disminución del rendimiento académico, problemas de aprendizaje, ADHD, Autismo, sensibilidad epidérmica, intolerancia a estrógenos y a pastillas anticonceptivas, manchas blancas en las uñas, intolerancia de la piel a metales baratos, colapsos emocionales, ataques de ira, zumbidos en los oídos, sensibilidad a comidas con colorante y a los mariscos, altos niveles de ansiedad, depresión, sistema inmunitario débil, problemas para dormir, problemas para concentrarse y para estar en foco, baja actividad de las dopaminas, elevada actividad de las norepinefrina y de la adrenalina.
Otras condiciones médicas asociadas con el exceso de cobre incluyen:
Acné, alergias, hongos vaginales, hipotiroidismo, anemia, pérdida de cabello, fatiga crónica, fibromialgia, migrañas e infertilidad masculina.
La razón por la cual el cobre está asociado a tan larga lista de síntomas y cuadros, es que este metal es absolutamente esencial para el correcto funcionamiento del sistema inmunitario, endocrino y nervioso.
El cobre es un elemento esencial para regular la síntesis de los neurotransmisores en juego en cuadros psiquiátricos. Es un factor presente en la reacción química que transforma la dopamina en norepinefrina. Cuando los niveles de cobre son elevados, se sintetizan más norepinefrina y epinefrina de la dopamina lo que causa sensaciones de agitación, ansiedad, pánico, sobre estimulación, aceleración mental, incapacidad de descanso, insomnio. En otras palabras, tiene un efecto del tipo de las anfetaminas, llevando al sistema nervioso a un estado de sobre estimulación. Piensen que el cobre es utilizado en muchas ocasiones en cables eléctricos porque es un buen transmisor de electricidad. En el cuerpo, funciona de la misma manera aumentando la transmisión nerviosa lo cual es un proceso electro químico.
El cobre es también central en la producción de energía celular. Por lo tanto, varios pacientes con fibromialgia y fatiga crónica, ambas condiciones ligadas a una disfunción mitocondrial, tienen desórdenes en el metabolismo del cobre.
El exceso de cobre en el organismo es particularmente común en las mujeres. El estrógeno puede causar retención y acumulación de cobre lo que puede derivar en una intoxicación por cobre. La menarca, los embarazos o la menopausia, pueden desatar cuadros de intoxicación por cobre. Actualmente, cuando viene una paciente con un relato de depresión post parto, síndrome premenstrual agudo, dismenorrea, o efectos adversos debido al uso de anticonceptivos, sospecho inmediatamente de que se trata de una intoxicación por cobre.
El cobre estimula la formación de vasos sanguíneos (angiogenesis) y cuando el nivel de cobre es elevado, predispone al individuo a tener endometriosis y fibromas y puede alimentar otros tipos de tumores. El exceso de cobre se puede acumular en el hígado y dañar su capacidad de desintoxicar el organismo, generando sensibilidades químicas.
El cobre es trasladado en sangre por una proteína llamada ceruloplasmina. Algunos pacientes tienen niveles bajos de ceruloplasmina lo que les lleva a tener un alto porcentaje de cobre suelto y este cobre circula libremente por la sangre. El cobre suelto causa estrés oxidativo que se caracteriza por la presencia de radicales libres que interactúan con las moléculas del cuerpo, dañando varios componentes celulares como el ADN, proteínas, lípidos, dando lugar para que se generen distintas enfermedades, incluyendo enfermedades autoinmunes, desórdenes neurodegenerativos y cánceres, para nombrar algunos.
Generalmente, hay una relación inversa entre el zinc y el cobre en el cuerpo. A menudo, cuando un paciente tiene altos niveles de cobre, el nivel de zinc es bajo. El zinc es otro mineral esencial para la función celular, el sistema inmunitario, la cura de heridas y la síntesis de neurotransmisores. Por lo tanto, la suplementación con zinc juega un rol central en la cura de cuadro de exceso de cobre en el organismo. Esto debe hacerse muy de a poco porque el zinc moviliza el cobre acumulado en órganos y durante ese proceso, la persona puede sentirse ansiosa y sintomática. También se usan antioxidantes, molibdeno, manganeso y aminoácidos porque estimulan la producción de metalotioneína. La metalotioneína es otra proteína que traslada metales pesados en la sangre y que es importante en la regulación del metabolismo del zinc y el cobre. Por lo tanto, es muy importante estar asesorado por un buen profesional durante este proceso. Les recomiendo la página web del Instituto de investigación Walsh donde hay una lista de profesionales idóneos.
Judy Tsafrir, MD
Psiquiatra de Niños y Adultos
Miembro de la Universidad de Harvard
NT: Cabe aclarar que le pregunté a la autora si el diu de cobre podía ser una fuente de intoxicación por cobre y me dijo que sí, que ha tenido pacientes con el diu y síntomas de intoxicación por cobre y, en esos casos, recomendó que se lo saquen
EXCESO DE COBRE Y MALA PRAXIS
Por recomendación médica, de mi ginecóloga, en marzo del año 2015 decido cambiar el método anticonceptivo.
Mi ginecóloga alegaba que llevaba años tomando pastillas anticonceptivas y que estaba por cumplir cuarenta años, edad en la cual las mismas comenzaban a ser un riesgo en virtud de tener en mi familia antecedentes de ACV.
Esto me lleva tomar la decisión de insertarme un DIU. Cuando mi ginecóloga me explica las opciones, opto por el dispositivo MIRENA (con hormonas), ya que consideré que era de mejor calidad que el DIU cobre.
Mi médica me hace el pedido para sacar la orden de la obra social y me explica que el Sanatorio Adventista del Plata me proveerá el dispositivo.
El día 14 de mayo de 2015 me presento, con turno previo, en el Sanatorio Adventista del Plata de Villa Libertador General San Martín, muestro la orden médica ordenando la colocación de un DIU MIRENA (con hormonas), y espero pacientemente mi turno.
Al colocarme el dispositivo intrauterino, la médica ginecóloga me explica los posibles efectos adversos que podría llegar a tener, haciendo hincapié en una de las ventajas del DIU hormonal: la desaparición prácticamente del sangrado menstrual.
A los pocos días comienzo a sentirme mal, con dolor de cabeza y mucha inflamación abdominal. Me doy cuenta que podría tratarse del DIU, pero entiendo que mi cuerpo debía adaptarse al mismo. Comenzaron a transcurrir los meses y mi malestar fue en aumento, notando abundante sangrado durante la menstruación, cuestión que me llamaba poderosamente la atención pero seguía pensando en que estaba aún en un proceso de adaptación.
El primer síntoma alarmante, además de los ya detallados, fue un sarpullido en la espalda para luego seguir con ansiedad, ataques de pánico, cansancio crónico, mareos, dolores de cabeza, dolores abdominales, etc.
En noviembre de 2015 sufro una descompensación y me diagnostican presión alta, motivo por cual llamo a mi ginecóloga solicitándole la extracción del DIU. Siempre pensando que los síntomas detallados eran producto de las hormonas que liberaba el MIRENA.
Me resultaba llamativo la negativa de mi médica para retirarme el DIU, manifestándome en reiteradas oportunidades que mis síntomas no tenían nada que ver con el dispositivo.
No obstante, solicito un turno y previa discusión accede a extraérmelo. Grande fue mi sorpresa cuando me informa que el DIU que tenía colocado era de cobre.
Perpleja y llena de dudas me retiro del Sanatorio Adventista del Plata, con la única explicación por parte mi ginecóloga que ella había colocado lo que indicaba la orden del nosocomio. Dejándome aclarado que el DIU DE COBRE no tenía ningún tipo de efectos colaterales y que mi cuadro se debía a problemas emocionales.
Investigo en internet y me encuentro con la experiencia de Florencia, lo cual me da una pista de lo que pudiera estar pasando.
A partir de ese momento, mis síntomas continúan, apareciendo también un estado depresivo, sensibilización extrema y mucho cansancio corporal, al punto de no poder levantarme de la cama.
Comienzo un peregrinar por médicos de diferentes especialidades, entre ellos clínicos, ginecólogos, psiquiatras, endocrinólogos, cardiólogos, y psicólogos. De nadie obtenía ningún diagnóstico.
Estuve tres meses sin poder trabajar, con licencia médica por trastornos de ansiedad y depresión.
Hasta que en el mes de marzo de 2016 solicito un turno con mi médico alergista, en virtud de encontrarme con un cuadro de resfrío. Al concurrir y comentarle mis síntomas me dice que muy probablemente y por mi alto nivel de alergia, el cobre me hubiera producido los síntomas referidos.
Continúo investigando y después de pasar por varios ginecólogos, llego a un profesional que al referirle mis síntomas me dice que efectivamente es una reacción adversa del DIU de cobre, metal pesado con el cual mi cuerpo se había intoxicado.
Dos motivos me llevan a contar mi historia:
El primero para transmitir mi experiencia para todas aquellas mujeres que les toque pasar por lo mismo, para dar información, apoyar y contener durante todo el proceso que demora la desintoxicación del organismo.
El segundo para tomar conciencia de la forma que juegan con la salud de todos nosotros. Pagué un dispositivo con el doble de valor comercial del que finalmente me insertaron. La médica no me dio explicaciones, el Sanatorio Adventista del Plata tampoco, la denuncia penal ante la justicia provincial avanza lentamente.
Nadie me da respuestas, más allá de todos los gastos que me generó llegar al diagnóstico y recobrar mi salud, se encuentra la ESTAFA de la que fui víctima. Es sorprendente la liviandad con que las autoridades médicas del nosocomio, la profesional médica, y la justicia se toman el caso.
No se cumplió el protocolo médico, presenté las pruebas ante la justicia de mi historia clínica en la cual consta la inserción de un DIU de cobre y la prueba de la obra social adonde se encuentra sentado que pague un DIU MIRENA.
Es evidente la presión que ejercen estas instituciones médicas sobre quienes deben garantizar nuestra vida.
Evangelina Bartoli
CÓMO VOLVER AL EQUILIBRIO
Ann Louise Gittleman en su libro “Why I am always so tired” (Por qué estoy siempre tan cansada) además de describir en detalle todos los efectos de la sobrecarga de cobre en el organismo, da un programa básico llevar al organismo a su equilibrio natural. En el texto que sigue, traduje los puntos más importantes de sus recomendaciones.
Programa para corregir la sobrecarga de cobre
1. Reducir la exposición al cobre
Evitar los alimentos ricos en cobre. El exceso de cobre en el organismo puede provocar insuficiencia de muchos elementos nutritivos, por lo que se aconseja tomar un multivitamínico-mineral que no contenga cobre. Vigilar que el agua de bebida no contenga cobre. Evitar el DIU o amalgamas que lo contengan.
2. Tomar antagonistas del cobre y quelantes
Tomar elementos nutritivos en forma de suplementos, nos ayudan a corregir la sobrecarga de cobre.
3. Antagonistas del cobre y quelantes
Zinc
Pollo
Pavo
Carnes rojas
Caza
Semillas de Calabaza
Hierro
Carnes rojas
Espinacas
Verduras de hoja verde
Huevos
Azufre
Huevos
Carnes
Ajo
Cebollas
Pimientos picantes
Verduras crucíferas como: Brócoli, Coliflor, Coles de Bruselas
Vitamina B6
Pescado
Pollo
Verduras de hoja verde
Arroz integral
Carnes
4. Favorecer el funcionamiento hepático y la desintoxicación
El hígado regula el metabolismo del cobre y es el principal órgano de desintoxicación del cuerpo. Un hígado lento o perezoso provoca acumulación de cobre. Una de las principales maneras de estimular el hígado es tomar alimentos y remedios ricos en azufre. El azufre es un mineral antagonista del cobre y de todos los minerales pesados. El cuerpo usa el azufre para formar aminoácidos esenciales, que a su vez fabrican las enzimas fundamentales para la desintoxicación. El azufre es necesario para fabricar las proteínas vectoras que envuelven y transportan el cobre por el cuerpo. Uno de los suplementos más eficaces para recuperarse de la sobrecarga de cobre es el “ácido α-lipóico”. Otros remedios que impulsan al funcionamiento hepático y su trabajo de desintoxicación: el rábano negro y la N-acetilcisteina y glutation.
5.Estimular la actividad suprarrenal
La insuficiencia suprarrenal es un factor muy importante que contribuye a la sobrecarga de cobre y al cansancio. Las suprarrenales trabajan en unión con el hígado para facilitar el transporte y la buena utilización del cobre así como la eliminación del exceso. Una manera importante de rejuvenecer las suprarrenales es aligerar nuestra carga de estrés. Otra estrategia importante es proporcionar a estas glándulas los nutrientes que necesitan para un funcionamiento óptimo. Fortalecer las suprarrenales mediante suplementos: Vitamina C, Vitaminas del grupo “B”. Estas vitaminas llamadas “antiestrés” son necesarias en grandes cantidades y durante los periodos de estrés se agotan rápidamente. El ácido pantoténico o vitamina B5 es muy valioso para mejorar el funcionamiento suprarrenal. También son necesarias cantidades moderadas de proteínas y grasas en la dieta, necesarias para fabricar hormonas que intervienen en el control del estrés y que dan la señal al hígado para que elimine bien el cobre.
Proceso de Desintoxicación del exceso de Cobre en el Organismo
A veces el proceso de desintoxicación del cobre es tan rápido que produce desagradables síntomas temporales. A esto se le denomina “vertidos de cobre“. Durante los vertidos, el cobre sale de los depósitos y entra en la sangre elevando su nivel, la consecuencia es una reacción que manifiesta:
Medidas para reducir los vertidos de cobre: El estrés suele desencadenar vertidos de cobre, por lo tanto hay que reducir los factores estresantes.
Nota de Sofía SloboParisí: El consumo de ácidos grasos del grupo OMEGA3 tiene un papel fundamental en la eliminación de metales del cuerpo.
Links a referencias científicas:
https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0009898103001244?via%3Dihub#
https://www.contraceptionjournal.org/article/S0010-7824(05)00075-2/pdf
http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/5427
https://www.contraceptionjournal.org/article/S0010-7824(09)00521-6/references
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22526680/
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22438177/
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24304153/
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24290605/
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26596322/
https://jamanetwork.com/journals/jamapsychiatry/fullarticle/2552796
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