RUGIR. La voz del cuerpo puede ser un rugido feroz, cómo también puede ser blando y sutil como un gemido. Abordar las memorias del cuerpo en relación a nuestra sexualidad puede ser también desde la curiosidad y el placer, puede ser sostenido por la presencia y la escucha empática de otres. 

Usar la sexualidad como potencia vital; que sea un oasis que brota desde nuestra pelvis hacia el pecho y luego a la punta de la lengua para impulsarnos a calentarnos con la vida, a confiar, a vivir con y desde el placer.

Ideamos este curso con la intención de indagar en la sexualidad juntxs, desde la amplitud y presencia que nos ofrece la práctica ancestral y, a la vez, en actualización, del arte tántrico.

En círculo, integrando tradición e investigación científica, con prácticas sensibles e informadas en trauma.