Abrir los ojos
La menstruación y los tabúes que se construyeron a su alrededor, se han convertido en un buen negocio para el sistema. Una mujer puede usar un promedio de entre 13.000 a 16.000 unidades descartables de apósitos protectores a lo largo de tu vida. Estos números son importantes para hacernos conscientes del impacto ambiental que esto provoca: El Plástico tarda 500 años en degradarse. Además el impacto no se produce sólo por la difícil descomposición del plástico de los envoltorios y de las capas que recubren los las toallitas o los tampones. Las toallitas se blanquean con cloro, y si bien el enjuague que se realiza eliminaría la mayor cantidad de contaminantes, los organoclorados son vertidos al ambiente. Estos productos son estables, es decir que son resistentes a la degradación física y química como también a la degradación biológica. Son solubles en grasas y tienden a acumularse en tejidos animales incorporándose a la cadena alimenticia y así a nuestro ADN.
El glifosato presente en el algodón de las toallitas y tampones que se producen en Argentina (click para leer investigación realizada en la UNLP)
Papelera del Plata, Always, Kotex, Tampax, Unilever, Johnson & Johnson y otras, producen apósitos descartables hechos de fibra de celulosa y polipropileno o polietileno. Todas tienen algún impacto sobre el ambiente y las personas pero algunas son más convenientes que otras. Papelera del Plata tiene plantaciones forestales en Misiones y Corrientes, recicla papel de diario y cartón, los recolectores no están de acuerdo con la retribución. Always, Tampax, J&J, Unilever testean sus productos en animales. La retribución que reciben algunos de los empleados es baja comparada con el costo de venta de los productos que comercializan. Estas sustancias son tóxicas para nosotros y su vertido al ambiente no está exento de peligro.
Algunos datos
Karen Houppert dice “(…)las mujeres sufren las consecuencias de las dioxinas por partida doble. En USA 73 millones de mujeres tienen la menstruación y alimentan una industria que libera toxinas en nuestro aire y nuestros ríos. A la vez, 73 millones de mujeres están acumulando dioxina de forma indirecta en sus propios organismos gracias al uso del tampón(…)”.
M. Gray, autora del libro Luna Roja, afirma que los tampones “anulan la evidencia de la menstruación“, eso, entre otras cosas, quiere decir que el uso del tampón no permite conectarte con tu sangre lo cual es fundamental en más de un sentido. No es sólo una cuestión de conexión y conciencia con el propio cuerpo y sus procesos. Lo más relevante es que la sangre menstrual nos muestra cómo se halla nuestro organismo. Ya que a través de la misma eliminamos toxinas.
Reconectarnos con Nuestros Ciclos
Mónica Glusman afirma que “Al reconectarnos de manera consciente con nuestra Sagrada Rueda Menstrual, recuperamos la conexión con saludables arquetipos femeninos que nutren, sostienen, recrean e inspiran nuestra identidad como mujeres. Conectar con ellos es recuperar una concreta manera de transformar, potenciar y armonizar nuestras vidas.
Durante los días de sangrado menstrual, las mujeres entramos en un estado de conciencia no ordinaria, un estado más expandido, ampliado, fuera del mundo; que nos conecta con un profundo conocimiento ancestral femenino. Son días sagrados y poderosos espiritualmente, en los que un saber dormido en la hondura de nuestra psiquis, se hace presente, emergiendo hacia la superficie, revelando información acerca de la Diosa Creadora, Eterna Transformadora, La que da y reabsorbe la Vida, cíclica y armónicamente; La que vive dentro de nosotras, gestando, sosteniendo y reciclando a toda la Creación permanentemente.
La propuesta es recordar y recuperar el poder inherente a tu naturaleza femenina.
Cuando menstruamos estamos abiertas a un conocimiento profundamente espiritual y contamos con la natural capacidad de reciclarnos, física y energéticamente.”
Una vuelta ecológica, cambiar el hábito
En mi experiencia personal llegué a las toallitas ecológicas buscando que mi menstruación no genere un impacto negativo en la tierra. A través de los años entendí que había empezado a transitar un camino de autoconocimiento sobre mí misma, sobre sanar mi menstruación, mis dolores, mi “ser mujer” en la sociedad donde vivimos. Probé varias marcas, algunas me convencieron más que otras, pero rescaté de todas algo en común: descubrí que con las toallitas ecológicas la sangre no tiene el olor fuerte que tiene cuando usamos toallitas y tampones descartables. De hecho casi no tiene olor, y si lo tiene es un simple perfume a lo que somos y de lo que nos compone.
Por suerte, y gracias al trabajo de algunas personas que se encargan de darnos soluciones a este tipo de problemas, existen alternativas a los apósitos industriales que estamos acostumbrados.
Una opción son las toallitas de tela que además de durar unos 5 años, una vez que son descartadas, tardan en descomponerse solo de 1 a 4 años.
Dónde comprar tus toallitas ecológicas
http://adamahtoallitas.blogspot.com
http://lunarojaeco.blogspot.com.ar
Y sino, ¡hacelas vos misma!
http://lunarojaeco.blogspot.com.ar/p/confeccionalas-vos-misma.html
Otra opción es La copa Menstrual, una iniciativa que nos facilita el uso de productos no contaminantes, ideal para el medio ambiente y para nuestros propios cuerpos. www.maggacup.com.ar
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