PORNO Y EDUCACIÓN SEXUAL: TODO EN LA MISMA BOLSA

La plataforma virtual que se hace llamar red social (llamada Instagram) no es otra cosa sino un espejo de una parte de lo que sucede en nuestra cultura. Porque sinceramente, una red social es otra cosa. Pensemos en estos terminos, “red” y “social”. Le cabe a instagram un título tan grande, siendo que cada vez más está condicionada por un algoritmo basado e interesado es el consumo y las ganancias?

Y digo que es un espejo de una parte de lo que sucede en nuestra cultura, porque es importante recordar que lo que vemos en instagram no es la realidad, sino un recorte de vidas o de trabajos y, en particular, un recorte bastante hegemónico.

La plataforma se encarga de que así sea, con sus algoritmos especialmente creados para que veamos solo lo que nos gusta y que, lo que sería para nosotros una otredad, es decir, algo diferente, quizás opuesto, quizás ALGO que nos haga reflexionar y ampliar la mirada, queda en la sombra para cada unx, ya que el algoritmo nos lo oculta.

Quisiera hablar particularmente de la pornografía y la educación sexual, que para Instagram estan metidas en la misma bolsa de sus normas comunitarias.

 

Para Instagram es lo mismo que estés vendiendo contenido sexual, o que estés educando sobre sexualidad y esta falta de distinción es gravemente problemática. 

Pero lo único claro de que estas dos cuestiones están metidas en la misma bolsa, es que representan algo que efectivamente sucede en nuestra sociedad por falta de tejido comunitario: la pornografía es lo que efectivamente y hace años educa sobre sexualidad y no la ESI, que es la educación sexual real que deberíamos estar teniendo, por lo menos en Argentina, hace por lo menos unos 16 años, que es cuando salió la ley de educación sexual integral.

Lo problemático de que la pornografía sea lo que educa sexualmente a las personas es que la pornografía es una ficción,no una realidad, y el tema con eso es que es una ficción que muestra cuerpos hegemónicos, desempeños hegemónicos y formas abusivas y no consensuadas de relacionarse sexualmente. Todo esto es alarmante.

En la pornografía no se habla de anticoncepción, ni de infecciones de transmisión sexual; no se habla de consentimiento, no se muestran diferentes orientaciones sexuales en el sentido del espectro que hay entre la alosexualidad y la asexualidad; no se muestra que no todo el mundo puede ni quiere tener sexo de esa manera frenética; no se muestra que las mujeres no son objetos sexuales para la satisfacción de los hombres, no se muestra sexo queer… Del deseo como algo fluido y complejo… 

Nada de esto se habla en la pornografía hegemonica, y lamentablemente tampoco se habla en la ESI que se enseña en las escuelas. Hoy en día Instagram es, entre otras cosas, una plataforma de redistribución del conocimiento (o a eso apuntamos muchísimas personas que compartimos conocimiento por ese medio) y, lamentablemente, quienes nos dedicamos a la educación sexual tenemos una bajada de línea horrible de parte de la plataforma: si hablamos de estos temas de forma directa y sin censurar las palabras, recibimos una penalización que se llama “shadowbanning”: nos bajan la visibilidad drásticamente. 

En mi cuenta de instagram @sofiasloboparisi, por ejemplo, sufro está penalización hace 4 años, y la misma se profundizó en 2020 con el cambio y recrudecimiento de las normas comunitarias en relación a las temáticas de sexualidad. 

Necesitamos una educación sexual realmente integral YA: es problemático que las personas no sepamos sobre nuestro cuerpo sexual, su fisiología, sus funciones relacionadas al placer; que vivamos sumidas bajo el yugo de lo hegemónico, sintiéndonos constantemente en falta, que no podamos explorar nuestra subjetividad, que vivamos con miedo a embarazos no deseados por no saber cómo gestionar nuestra fertilidad de formas seguras, etcéteras miles. 

Necesitamos más representaciones y ficciones diversas sobre la sexualidad que no sean un serrucho mental extractivista de fluidos y orgasmos.

Necesitamos URGENTE esto para que no le quemen el cerebro a lxs adolescentes, y que no terminen reproduciendo una sexualidad del desempeño meritocrático, en vez de una sexualidad creativa, sensible, expansiva y acorde con la diversidad que somos cada unx de nosotrxs. La diversidad es la verdadera esencia de la sexualidad: expandir nuestra experiencia humana, y no meterla en una cajita horrible de mandatos funcionales al sistema adictivo.

Sabemos que los principales consumidores de pronografía hegemónica son los varones cis.

En mi experiencia, los varones con los que he compartido sexualmente se diferenciaban enormemente en su forma de relacionarse con la sexualidad compartida aquellos que consumían o habían consumido pornografía, que quienes no lo habían hecho una práctica habitual. 

Lejos están estas palabras de querer volverse un juicio para quienes consumen pornografía hegemónica, pero sí me interesa brindar una perspectiva de cuán diferente puede sentirse y volverse la sexualidad cuando nos abrimos a su exploración desde propuestas no hegemónicas como lo son el tantra, la pornografía no convencional, la literatura erótica queer, las prácticas fetichistas no capacitistas, entre algunas ideas que se me ocurren.

Seguimos indagando en este camino.

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Sofía

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