Neurociencia
La ciencia médica comenzó a estudiar el ciclo femenino a mediados del siglo XX únicamente con el objetivo de conseguir medicamentos anticonceptivos. Tanto la investigación médica como la docencia y la asistencia sanitaria han mirado a las mujeres “como si fuesen hombres” ya que la salud de las mujeres se ha estudiado y valorado sólo como salud reproductiva, y este enfoque ha impedido abordar la salud de las mujeres desde una perspectiva integral. Falta desarrollar la ciencia y hacerla visible y comunicarla. Hay que hablar sobre esto para erradicar la cultura del sufrimiento que intenta esconder la ignorancia científica de las causas del malestar, predicando a las mujeres la resignación y la sumisión a un supuesto destino fatal que las obliga a vivir con molestias y con dolor.
El ciclo menstrual normal oscila con una menstruación cada 26 a 32 días, aproximadamente un ciclo lunar, que es de 28 días. La duración es de un dia con fuerte pérdida y dos o tres días más con pérdidas menores. La cantidad de pérdida deberá ser -como máximo- la cantidad de una copa de vino, aunque es difícil apreciar la pérdida de forma subjetiva porque muchas personas relacionan la intensidad mayor o menor con la pérdida de su madre, hermanas o amigas.
La menstruación no debe producir dolor y en todo caso una ligera molestia. No debe ser precedida de síntomas ni corporales ni de labilidad en el estado de ánimo. La menstruación es un hecho fisiológico que prepara cada mes el cuerpo para la concepción y el anidamiento, no es por lo tanto una maldición bíblica, y sus molestias no se han de vivir en silencio, porque en realidad, cuando se presenta fuera de los parámetros normales, sus características anómalas son claros indicadores de problemas de salud, o de nutrición o de estrés físico y mental.
Implicaciones hormonales
En esta segunda fase del ciclo y sobre todo entre los días 17 al 23 se incrementa la secreción de varias hormonas implicadas en el metabolismo de agua corporal (renina, angiotensina, aldosterona) y se retiene líquido. En condiciones normales esta retención debería ser imperceptible, pero cuando hay exceso de estrógenos por condiciones de estrés o por exceso en el medio ambiente, o cuando disminuye la secreción de progesterona por las mismas causas, esta retención puede ser intensa y provocar un aumento de unos 2 o 3 kilos de peso antes de la menstruación.
Implicaciones neuroendocrinas y sobre el estado de ánimo y humor
Los cambios hormonales en el sistema hipotalámico y el efecto de los estrógenos
han demostrado que los cambios de humor y estado de ánimo durante el ciclo menstrual tienen una base neuroendocrina. Por una parte, los niveles de estrógenos colaboran en la excitabilidad del sistema nervioso pero también en estimularlo y tonificarlo (efecto antidepresivo), y la progesterona natural tiene un efecto armonizador, estimulando la sedación y el sueño, y colaborando en eliminar el exceso de líquidos, de irritabilidad y la tensión nerviosa.
Si no hay alteraciones, se puede sentir un ligero incremento de ansiedad entre los días 16 al 23 del ciclo, y un incremento de irritabilidad, tensión nerviosa, y hostilidad los cinco días anteriores a la menstruación. La líbido (apetencia sexual) y la actividad sexual se incrementan en la primera fase del ciclo (del 6 al 12) y durante la fase ovulatoria, y disminuye en la segunda fase, con un ligero incremento durante los cinco días anteriores a la menstruación. Todos estos cambios son fisiológicos, y pasan desapercibidos para las mujeres y para los mismos profesionales. También existen variaciones en la acuidad de los órganos de los sentidos con un incremento de la sensibilidad de la visión, audición y tacto hasta el pico ovulatorio, y una disminución durante la segunda fase, excepto para el olfato, que se incrementa desde la primera fase folicular por el efecto de los estrógenos y continúa aumentando su sensibilidad hasta el momento de la menstruación.
También el exceso de estrógenos tiene relación con la presencia de migrañas, cefaleas muy intensas que afectan a la mitad de la cabeza y que se presentan dos días antes o durante la menstruación. Pero como su estudio es reciente muchas de las variaciones del humor se atribuían al rechazo de las mujeres a su menstruación lo que ha hecho más difícil la posibilidad de correlacionar los síntomas con alteraciones hormonales, y más invisibles las sensaciones que sentían las mujeres y que solo se atrevían a contarse unas a otras a escondidas. Todavía muchas se ven rechazadas por los profesionales de la medicina.
lmplicaciones metabólicas
Todos los sistemas metabólicos están afectados por el ciclo menstrual, desde el metabolismo de lípidos, prótidos y glúcidos, hasta las células de la córnea. El estudio de la fisiología del ciclo y de sus efectos en la capacidad pulmonar, función digestiva, función excretora renal, y otros sistemas ha permitido entender muchos trastornos y sus posibles tratamientos.
Como ejemplo explicativo, se estudió que la disminución de peso afecta directamente a la secreción de gonadotropinas hipofisarias. La pérdida de 2 kgs. ya produce en el ciclo menstrual del mes siguiente una disminución de la fase luteínica, y si se sigue perdiendo rápidamente por debajo del índice de masa corporal deseable, se pierde primero la ovulación y posteriormente la menstruación.
Historia
La menstruación es un don que en la antigüedad las mujeres sabían usar. Antiguamente las tribus contaban con “la carpa roja”, un lugar apartado de la tribu donde se reunían las mujeres durante su período menstrual. Las mujeres, que por convivir sincronizaban sus ciclos menstruales se retiraban a meditar, a cantar y ofrecer su sangre a la tierra. Esta es una característica de la naturaleza femenina; cuando varias mujeres conviven sus ciclos menstruales se sincronizan naturalmente en fechas contiguas y es muy común que madre e hija o hermanas menstrúen en fechas continuas.
Ese momento menstrual era sagrado en la mujer, ni su esposo , ni sus hijos podía retenerlas, alguien se ocuparía de ellos durante esos días. Era su momento para conectarse consigo misma, era su luna nueva interior, su naturaleza la convocaba al círculo de mujeres.
La menstruación como armonía de la diferencia
La menstruación refleja la armonía de la diferencia, y se manifiesta de forma equilibrada si el entorno es también armónico. De hecho, las condiciones de vida y trabajo influyen de modo directo en dicha armonía y en sus trastornos posteriores. El análisis de las conductas de algunos pueblos como los indios mohicanos que demostraban su respeto hacia las mujeres ofreciéndoles comida y alejandolas de los trabajos duros durante la menstruación, es un ejemplo de respeto a la diferencia en lugar de la abolición de la misma por intervenciones directas hormonales y agresivas sobre el cuerpo de las mujeres. Falta evidencia científica de las consecuencias sobre la salud del equilibrio menstrual y de las consecuencias a largo plazo de su abolición.
Entre las mujeres existe todavía un gran “desconocimiento” de los propios cambios y de las interferencias ambientales e interpersonales; persiste y aumenta la “no armonía” con el propio cuerpo del que las mujeres se alejan con la persecución de la igualdad. La falta de respeto por el cuerpo de las mujeres, está conduciendo a las propuestas de “abolición bioquímica de la menstruación”, como si fuera un planteamiento progresista, aunque suponga una intervención hormonal constante durante la vida reproductiva. Significa una forma más de romper con el orden simbólico antes de haber visibilizado su realidad y sus relaciones.
Psicología
En el pasado lejano las tradiciones familiares, la explicación sobre la estructura de la sociedad y el papel que debemos desempeñar en ella pasaban de madres a hijos. La madre guiaba la personalidad de sus hijos para ayudarles a desarrollar sus aspectos intelectuales, emocionales, sexuales, creativos y espirituales a través de cuentos, arquetipos y rituales simbólicos. Desafortunadamente, y por diversas circunstancias, hemos delegado este rol en la escuela/sociedad, que ofrece sólo una información anatómica y desenfocada de la sexualidad humana y de la menstruación exenta de cualquier tipo de espiritualidad y sacralidad. Las altísimas cifras de embarazos no deseados y abortos en adolescentes es una muestra evidente de que no existe conocimiento profundo sobre nuestros cuerpos, ni concepto de responsabilidad personal y trascendencia de nuestros actos.
“Mi cuerpo, grávido, describe la circunferencia de los siglos: en cada luna inicia el recorrido de su propio nacimiento. Nacer: siento en mi sangre el clamor amurallado del primer “¡No!”, el inicial rechazo a la embestida de la vida, el primer infortunio, la forzada voluntad apenas improvisada. Y luego la repetición, la gran impostura del “¡Sí!”, el préstamo que se otorga en la carne; la manera, tan injusta, de negar aquello que se afirma en el hijo.
Cada veintiocho días me siento, cielo abajo, piernas adentro, tan habitada, tan ocupada por ese ser que siento tan otra y es, no obstante, la que más me frecuenta, la que dicta mis pasos en orden al sentir, la que dirige mi voluntad más imperiosa, más necesitada, más desesperadamente codiciosa en la ternura, la que me invita a ser esa otra que me tiene cada vez más emboscada, en alerta siempre, roja alerta que deja, intenso, su rastro de materia desprendida sobre lo que voy siendo.”
Bibliografía:
Menstruación: de la invisibilidad a la abolición, Dra. Carmen Valls-Llobet
Luna Roja, Miranda Gray
http://lunarojaeco.blogspot.com.ar/p/articulos.html, Berenice Carballo
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