Tanto en la convivencia como en las parejas que están hace mucho tiempo juntxs, puede suceder que se vaya perdiendo la polaridad sexual, que es el magnetismo que hace que tengamos deseo de juntarnos, amarnos, tener sexo, crear, y más. Luego de muchos años, o cuando se convive, puede suceder que nos “fusionemos” con la otra persona, perdiendo la distancia sana que nos genera atracción. O quizás, al sentirle tan parte de nosotrxs, puede que le perdamos de vista, o le perdamos el respeto, o le demos por sentado. Esto puede indicar que hay cierta distancia y espacio que necesitamos recuperar, cada unx, para que vuelva a generarse atracción (polaridad magnética). De esta manera, estamos cuidando nuestro vínculo de pareja y con nosotrxs mismxs. Que cada persona mantenga sus espacios de intimidad por fuera de la pareja es muy importante: consigo mismx, con amigxs, con familia, con su creatividad, sus proyectos, etc. Compartir todo, todo el tiempo, no es del todo sano y hará que el magnetismo desaparezca, además de generar dependencia y apego, o rechazo y hartazgo. Date tu espacio y tu tiempo. Dale su espacio y su tiempo. Involucrate en tus proyectos creativos, en otros espacios, con otras personas. Esto nutre mucho tu vida, y tu pareja también! Que el reencuentro sea volver a vernos y registrarnos, interesarnos, ¡redescubrirnos!
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