Introducción
Siempre fui una chica del mundo de internet y las redes sociales. En 2001 empecé a usar internet en casa pero mayormente en los llamados “Cyber-cafe”. Era la única pibita que se pasaba 2hs en frente de la computadora. Empecé por los chats de páginas como TERRA que eran realmente una bazofia, hasta que luego llegó el amado MSN Messenger. Siempre me gustó mucho conocer y hablar con las personas y eso me dió la cualidad de poder tipear rapidísimo y sin mirar en la compu y en el celu xD (esto último culpa de la adicción a las redes sociales). Así que hasta el 2004 que tuve mi primer fotolog. Con esta red social primitiva empecé a hacer amigxs nuevxs en la vida real, porque masomenos veías su vida ahí plasmada y te dabas -supuestamente- una idea de si era un pedófilo o no queriendo acechar… y luego si te veías en persona tomabas precauciones (nunca sola, siempre en lugares públicos). Siempre me advirtieron de estas cuestiones en casa y en aquel entonces la verdad que no éramos tan inocentes les pre-adolescentes en la Ciudad de Buenos Aires. Por lo menos no mi grupo de amigxs.
Ya con fotolog empezó la bazofia de los followers y los “me gusta” que en ese entonces eran los comments en los posteos. Pero una se conformaba con 3 o 4 comments de tus amigxs y no te enviciabas, porque tampoco tenía más llegada la verdad. Era más lo que me gustaba inventar y sacar fotos, y elegirles el texto, que otra cosa. Podías hacer 1 post por día. Además de que te conectabas unas horas, como mucho, y luego tenías que volver a casa, o “desconectarte” porque alguien más quería usar la compu.
Cuando empecé a poder conectarme con “banda ancha” en casa para el 2005-2006, pasaba muchas más horas… generalmente jugando algún juego de estrategia y flasheando con que se pudiera jugar en línea (precariamente pero sí) y dándole fuerte al tecleo de mis conversaciones por MSN con mis amigxs. Conversabamos MUCHO. Boludeabamos mucho también, pero hablábamos mucho. Teníamos mucha necesidad y la jornada completa en la escuela con sus pequeños recreos no alcanzaban. Además que en esos recreos era más lo que nos franeleabamos y mimabamos que otra cosa. La comunidad a la que llegabas con fotolog no dejaba de ser pequeña, y tenías nicknames de nombre de fotolog, por lo cual… dónde estaba tu amiguita de la primaria o tu tía tatarabuela política no era algo que fueras a saber. Eso llegó con facebook y con los años, también. Y eso cambió por completo nuestra percepción de las personas.
No estamos preparadxs emocionalmente ni neuronalmente para poder sostener el hecho de estar en conocimiento de qué están haciendo y “pensando” tantas personas del presente y del pasado. Es demasiado. Ya era demasiado, y ahora es peor. Tenemos la mente completamente estresada.
Cuestionar las redes sociales y la dependencia que generan
Hace tiempo me cuestiono el uso de las redes sociales. Hace 12 años estoy en facebook y hace 5 o 6 en Instagram. Jamás descargué tiktok y no pienso hacerlo. Desde 2004 uso las redes sociales y hace 10 que empecé a usar facebook como una herramienta de trabajo, para difundir actividades y convocar personas. Por suerte siempre me dediqué a cuestiones relacionadas con la salud mental y emocional de las personas, así que me convenzo de que es por una buena causa. Pero también he visto ese mundo distorsionarse en estos últimos 10 años, casi obligándonos a “consumir salud” y sentirnos mal si no lo hacemos.
Las redes sociales han creado una ilusión de mundo que no es el real. Han polarizado enormemente los pensamientos políticos, ponen en cuestión la democracia y crean una era de la posverdad. Utilizan nuestra psicología hormonal y química para generarnos adicción (pasar más y más horas frente a la pantalla del celular les genera rédito económico a las empresas) así como también se cuelan para llenar los baches de nuestras psiques heridas y carentes, dándonos la ilusión de que ver lo que estamos viendo es importante. Hoy en día se sabe que las redes sociales más populares son manejadas por algoritmos complejos y automáticos creados por Facebook (que fue engullendo casi a todas las otras redes sociales). Estos algoritmos van analizando automáticamente tu comportamiento y van mostrando más y más las cosas que “te gustan” (porque les das me gusta o por que son similares a las que les das me gusta), metiendo mucha publicidad en el medio.
MANUAL
Creé este pequeño manual con acciones que vengo tomando en relación a cómo DESEO que sea mi vida y mi relación con las demás personas y las redes sociales, porque la soberanía de nuestras vidas es súmamente importante y necesitamos crear plataformas de apoyo mutuas y no que EL MERCADO controle nuestras vidas, polarizando nuestro pensamiento, “eliminando” o “bloqueando” a quienes piensan distinto y haciendo desastres en nuestro sistema nervioso.
Paso 1: Desactiva TODAS las notificaciones de todas las aplicaciones.
Sin sonido, sin aparecer en la pantalla de bloqueo, sin notificación emergente, sin numerito de que te llegó un mensaje… nada. Silencio. Vos elegís cuándo te fijas si alguien te escribió. Si alguien tiene algo realmente importante que decirte, te llamará. Si no tiene tu número de teléfono, entonces no era tan importante. Necesitamos tomar conciencia YA de la ilusión de urgencia y control que hay en nuestras vidas debido a las redes sociales. Podes avisar a tus contactos que sos una persona que se toma su tiempo para contestar y que no es nada personal, “sólo” estás reclamando tu vida, tu tiempo y tu libertad 😉 Ni hablar del doble tilde de whatsapp, la última hora de conexión y toda esa bazofia. Sacala por favor. Tu descanso, tu concentración, tu alimentación valen más que la pavada que alguien te haya comentado en instagram. Más aún si trabajás con redes sociales.
Paso 2: Elimina las aplicaciones que realmente no aporten nada a tu vida (cofcoftiktokcofcof), que te generen dependencia, adicción/malestar.
Lo genuino vale mucho más que hacer lo mismo que hacen todxs todo el tiempo… Hacé cosas en la vida real, con el cuerpo, las manos, por fuera de la pantalla. Tu salud te lo va a agradecer. Ah, y una última cosa: No hace falta que postees fotos sobre todo lo que estás haciendo todo el tiempo. En serio no hace falta. La vida personal no-pública es hermosa también… Podés en todo caso compartirlo con tus seres más íntimos, a quienes de verdad les importa y les entra en su ámbito de interés lo que vos estés comiendo o haciendo. Paso
3: Seguí a personas que piensen distinto a vos.
No estoy diciendo que sigas a personas extremistas. Estoy diciendo que sigas a personas que tengan una postura o visión política o social diferente a la tuya. Dejá que eso tenga una parte en tu vida. Si te molesta, observa qué te molesta, qué te pasa con eso, y si te genera violencia. Ahí se te tendría que prender la alarma, MÍNIMO. Porque… ¿a quién le beneficia tu violencia, tu polarización? A mí me sirve mucho reflexionar lo siguiente sobre las personas que piensan distinto: ¿Cómo habrá sido su vivencia, que le llevó a pensar así? ¿Cómo se construye esa visión?” ¿Convicción? ¿Privilegios? ¿Experiencias de vida? ¿Consumo de propaganda?… muchas pueden ser las respuestas. Desde la pregunta se puede dialogar y construir. Desde el odio NO.
Paso 4: Crea tu propia opinión sobre las temáticas.
¿Cómo? Aquí algunas ideas: a) Hablando con las personas a tu alrededor sobre el tema y preguntándoles qué opinan (sobre todo personas que se dan el tiempo de reflexionar y pensar… a veces la emocionalidad del otre nos afecta y nos “creemos” algo por empatía. b) Investigando diferentes puntos de vista (medios de comunicación disidentes, compararlo con los hegemónicos, compararlo con el pensamiento de otras personas, cotejarlo con tus propios valores). El newsfeed de FB o IG (“noticias”) NO es un medio de comunicación, ni una persona. Es resultado de un algoritmo alienante. Decile CHAU o estate muy alerta sobre no creerte todo lo que ahí aparece.
Paso 5: Cualquier posteo de cuestiones sociales o económicas que estén pasando que te generen MUCHA EMOCIONALIDAD… DUDÁ.
Porque quizás a “alguien” le estaría sirviendo que vos REACCIONES a eso. Soltemos las creencias y VERIFIQUEMOS. ¿Cómo? Aquí algunas ideas: a) Hablá con diferentes personas que estén en tema o estén cerca de lo ocurrido, y escuchalas. b) Podés leer qué dicen los diferentes medios de comunicación sobre ello (nunca uno solo… los medios representan diferentes posicionamientos partidarios) para darte una idea de quién está “a favor” y apoya, o quién está “en contra” y lo critica. c) Reflexionar sobre los intereses de quienes estén a favor o en contra. d) Usá páginas de verificación como chequeado.com con una visión reflexiva también, ya que allí también hay intereses políticos y partidarios, muchas cosas no son realmente objetivas, o tienen un título que dice una cosa y en el texto de lo chequeado aparece otra. ¿Te parece un montón? Y bueno, todo este proceso lleva tomar una postura o una opinión. Si tomás partido u opinión antes de conocer el paño, es porque probablemente estés reaccionando. Ah, y una cosa más: la violencia y la violación de los derechos humanos NUNCA son justificables.
Paso 6: Poné el celular en modo avión cuando te vayas a dormir y cuando tengas que concentrarte en algo.
Nadie quiere esas ondas de WiFi o 4G atravesando su cerebro constantemente. Y aún sin las notificaciones, te vas a viciar igual. Te lo digo por experiencia y no soy ninguna amante de las redes sociales, en verdad me aburren bastante
Paso 7: Deja el celu por lo menos 1 hora antes de irte a dormir.
Leer un libro, tener sexo, tocarte, darte un masaje, darte una ducha calentita, escribir cómo estás sintiendote… cualquier cosa menos el smartphone.
Paso 8: No veas tus notificaciones apenas te despiertas a la mañana.
Hacete tu desayuno y tomalo mirando el cielo, el balcón, el patio, tomando sol, riega tus plantas o miralas, estate con los seres a tu alrededor… hacé uso del silencio, o de la conversación amorosa. Cualquier cosa que no sea la pantalla de tu celular.
Paso 9: No uses el celular a la hora de almorzar ni de cenar.
Convivas con personas o no, no te mereces ese trato ni nadie a tu alrededor se lo merece. Sí, es difícil, porque es adictivo. ¡Coraje!
Paso 10: Ponete avisos de uso máximo de tiempo de las apps.
Existen aplicaciones para medir cuánto tiempo estuviste en las redes sociales cada día. Mismo Instagram tiene uno incorporado. Te sorprendería (¿horrorizaría?) cuánto tiempo usas una aplicación durante tu día.
Paso 11: Por favor mira el documental THE SOCIAL DILEMMA.
Allí se cuenta mucho mejor cómo funciona todo este mundo, y está explicado por personas que crearon estos algoritmos y/o trabajaron en altos cargos en FB, IG, google, etc. Pero no dan demasiadas pistas de cómo lidiar con él, por eso creé este manual con buenas prácticas de utilización de las redes sociales.
Espero que estos pasos te ayuden. Podes ir implementando de a 2 o 3 por semana. Te merecés la soberanía de tu tiempo y de tu mente. No somos góndolas de las cuales cualquier persona o empresa puede extraer nuestra energía vital, conocimiento, etc, para su beneficio, sin que hagamos nada al respecto.
Abrazos de amor, Sofi
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