Tres mujeres bailando con los ojos cerrados bajo un cielo estrellado. Fotografia de Micaela Burgos

Imagen: Micaela Burgos

Regular el sistema nervioso no es calmarse

Por Sofía Slobo Parisí

Actualmente se habla mucho más del sistema nervioso y del trauma, pero existen algunos malentendidos sobre lo que realmente significa esto.

Primero que todo, es importante decir que regular el sistema nervioso no es lo mismo que calmarse.

Estar calmadxs está sobrevalorado. De hecho, muchas veces es una herramienta del poder dominante para controlarnos. Tener recursos para calmarnos es válido, por supuesto, pero no es el único estado en el que podemos prosperar. Para avanzar en la vida también hace falta cierta agresividad y capacidad de agencia.

Regular el sistema nervioso es, sobre todo, permitir que nuestras respuestas fisiológicas puedan desplegarse. Aprender a leer su lenguaje ayuda enormemente. Incorporar herramientas para salir de estados de respuesta automática traumática puede transformar nuestras vidas de forma profunda.

El trauma es una forma que encontramos para sobrevivir. Tiene un componente psicológico, sí, pero también tiene una dimensión corporal, fisiológica. Sentirnos activadxs, desafiadxs o tensionadxs, congelarnos, disociarnos o apagarnos son respuestas válidas. Pero cuando reaccionamos desde esos lugares de forma constante, es porque probablemente hubo una crianza (trauma de desarrollo) o un evento específico (trauma de shock) que nos dejó atrapadxs en ese patrón de respuesta. En esos momentos, perdemos nuestra capacidad de agencia.

 

Como dice Clementine Morrigan:

“La sanación del trauma sucede en el espacio en el que no nos esforzamos demasiado por sanar pero tampoco nos damos por vencidxs. Muchas de nuestras adaptaciones para sobrevivir tienen que ver con controlar, esforzarnos, arreglarnos, retirarnos y desconectarnos. La energía de la sanación tiene que ser lo más suave y fácil posible, pero incluir algún elemento desafiante, que nos pida coraje, que nos invite a dar un paso hacia lo desconocido y a restaurar nuestra capacidad de agencia.”

Para avanzar en estos tiempos tan desafiantes —con tantas guerras, genocidios y el ascenso del fascismo— necesitamos reconectar con nuestra agresividad vital

Necesitamos recuperar herramientas que nos permitan salir del congelamiento y del fingir demencia de forma colectiva, para así fortalecer nuestros lazos comunitarios y crear verdaderas redes sociales: esas que nos sostienen, que nos encuentran en presencia, que nos conectan y que nos organizan.

Todo mi amor para que encuentres ese camino particular de reencuentro. Ese es mi deseo.

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